sábado, 24 de noviembre de 2007

Los amigos imaginarios se matan con pistolas a balines

Cuando suena el celular, el teléfono y la tele al mismo tiempo se produce un momento caótico de sonidos irreconocibles, todos mezclados obligándonos a asistirlos, a ponerles atención y a concentrarnos. Es la tecnología que nos llama imperiosamente, a la que diariamente rendimos pleitesía. Todos reaccionan de la misma manera frente a un repique del teléfono, todos ven la tele con la misma cara de idiotas, todos están inmersos en ese sistema que encadena la imaginación. Antes (10 años aprox.), el celular, el Internet eran elementos lejanos, casi inexistentes, las tecnologías no estaban al alcance de la mano. Antes, existían los amigos imaginarios, esos seres invisibles que de alguna forma eran la imaginación en su mayor expresión. Esa imaginación desbocada, sin esquemas ni estructuras que coarten su potencial, esa que permitía entretenerse en cualquier momento y en cualquier lugar, es ahora reemplazada por la caja idiota, el chat, y demases placebos creados para tranquilizar al hombre. Son estos balines tecnológicos, que nos venden en todo lugar, los que están socavando la libertad de acción de las personas. De forma silente, casi invisible las estructuras comerciales se apoderan de lo ultimo nuestro que nos queda. Los niños son aleccionados lentamente para comprar, producir y entender los conceptos que ellos quieren, siendo rechazados los que actúan de otra forma. La imaginación tiene sus días contados, los amigos imaginarios caen abatidos por los balines impuestos, y nadie hace nada, nadie quiere ponerse en el fuego cruzado.
Hay un temor por la imaginación, por las cosas sin sentido. Todo tiene que tener una explicación racional que avale el accionar, legitimándolo dentro de la sociedad, la misma que absorbe y cataloga aquellos actos. Pareciera ser que la imaginación es un atentado contra la patria, contra los que nos rodean. Tener un amigo imaginario puede ser síntoma de enfermedad, de exceso de irracionalidad. No tener celular, no usar Internet, son todos actos “anti-sistémicos” porque así nos lo han dicho, por lo tanto hay que castigar socialmente a aquellos que no acatan como se les ordena. Al parecer no son balines los que lanzan, sino pequeñas bombas capaces de destruir cualquier colonia imaginaria, por mas pequeña que sea. Al parecer no queda mas escapatoria, o morir junto al amigo imaginario, o vivir en un mundo imaginado (por ellos).

1 comentarios imbeciles:

@gmail.com dijo...

entiendo bien a lo querés ir, pero creo que hace falta poner algunas salvedades.
yo, nacido a finales de los '80, me considero un niño generación nintendo. si bien antes no era el celular, era la tele o el sega, la tecnología que tenía al alcance de mi mano. y no reniego para nada de eso, porque por suerte, pude tanto jugar al super mario como con mis juguetes, y creo que uno de ser una persona creativa estos dispositivos no atentan contra eso.
creo que el peligro está más bien en la inmediatez, que aleja cada vez más del rebuscárselas. habría que ver que hacían antes los que no tuvieron el nintendo o el muñeco de los caballeros del zodíaco.
hay una especie de escuela que la persona que se maneja más en un medio más automático o virtual no va a tener y creo que eso es lo que no se tiene que perder; que nuestras posesiones no nos posean, que no depende de ellas nuestro accionar.
cuando caigan los ceros y unos, entonces, esos "románticos", que se marginaron del sistema, son los que seguirán en pie, pues al dar un paso al costado tuvieron que ingeniáreslas para que su propio sistema se sostenga.

ahora, en cuanto a los niños siendo aleccionados es interesante ver el nivel de caricatura de si misma que alcanza esta publicidad (http://www.youtube.com/watch?v=dBoMvJM2tIY) de un compañia de teléfonos celulares. nótese como los comentarios de la gente, abajo, son más de repudio que de simpatía.

salud.