Por los parlantes del Rock & Guitarras sonaba "Killing in the name of" como una brutal antesala de la fiesta que se vendría instantes después. Aunque el club no está precisamente acostumbrado a conciertos de esta envergadura (una visita como la de Less Than Jake no se tiene todos los días), parecía una buena alternativa considerando el número de boletos vendidos. Al ojo eran poco más de 300 las personas que albergaba el local ñuñoíno, esperando ansiosas por ver en acción a los oriundos de Gainesville, Florida.
De seguro que si esta visita hubiera tenido lugar hace diez años, las circunstancias serían totalmente distintas. No serían 300 sino 3.000 las personas gritando por Less Than Jake y el concierto no habría sido sólo uno más dentro de los numerosos eventos que se agendan en nuestro país. El auge al hardcore y el punk melódico, junto su correspondiente rama ska, no es precisamente hoy en el año 2009. Si a esto se le suma otro factor importante, como lo es la actual crisis económica mundial, es entendible que la concurrencia a este tipo de tocatas no tenga una respuesta tan incondicional. Esto ha quedado demostrado por la reciente seguidilla de intentos fallidos que tuvieron la productoras, al intentar traer a nuestras tierras a agrupaciones de renombre dentro del género, como lo son Face to Face, Bouncing Souls y The Adicts.
En el local ya no sonaban más los afilados sonidos de Rage Against The Machine, sino que la estridencia dio paso al tema de Star Wars, el que fue acompañado por los músicos y que sirvió como intro para que el quinteto se apropiara del escenario.
Al igual que en el resto de los conciertos de la gira sudamericana, "Conviction Notice" de su última placa GNV FLA (2008), fue la elegida para abrir el set. El ritmo y la melodía de ánimo festivo no tardó en entusiasmar a los fanáticos, quienes tanto habían esperado esta instancia, la que por poco no se lleva a cabo por los motivos antes mencionados.
Temas de culto como lo son "Happyman", "Automatic" o "Johnny Quest Thinks We're Sellouts" remontaban al impecable "Losing Streak" (1996), pieza imprescindible dentro de la discografía de los norteamericanos. El sonido compacto que lograba la banda, dado por la acertada inclusión del saxofón y el trombón, lograban una unión perfecta con los instrumentos de cuerdas, sin desafinar en ningún momento. Aquello daba cuenta de que no estábamos frente a un conjunto cualquiera y de que los 17 años que llevan de trayectoria se hacen evidentes en sus presentaciones.
Si bien dentro de su repertorio la banda cuenta con algunas canciones como "The Rest of My Life" o "The Ghosts of You and Me", que pueden sonar extremadamente melódicas e incluso rozando el estilo pop punk que cultivan las bandas de MTV, la agrupación se encargó de despejar las dudas ejecutando clásicos de la talla de "Look What Happened" "Nervous In The Alley" o "Scott Farcas Takes It On The Chin", temas que no dejaron a nadie indiferente.
Tras 80 minutos de función la banda se comenzó a despedir con la inconfundible "All My Best Friends Are Metalheads", canción que fue bailada y coreada al ritmo del ska. Así se dio término a una tarde cargada de nostalgia, que ni el cambio de local a última hora pudo opacar.
De seguro que si esta visita hubiera tenido lugar hace diez años, las circunstancias serían totalmente distintas. No serían 300 sino 3.000 las personas gritando por Less Than Jake y el concierto no habría sido sólo uno más dentro de los numerosos eventos que se agendan en nuestro país. El auge al hardcore y el punk melódico, junto su correspondiente rama ska, no es precisamente hoy en el año 2009. Si a esto se le suma otro factor importante, como lo es la actual crisis económica mundial, es entendible que la concurrencia a este tipo de tocatas no tenga una respuesta tan incondicional. Esto ha quedado demostrado por la reciente seguidilla de intentos fallidos que tuvieron la productoras, al intentar traer a nuestras tierras a agrupaciones de renombre dentro del género, como lo son Face to Face, Bouncing Souls y The Adicts.
En el local ya no sonaban más los afilados sonidos de Rage Against The Machine, sino que la estridencia dio paso al tema de Star Wars, el que fue acompañado por los músicos y que sirvió como intro para que el quinteto se apropiara del escenario.
Al igual que en el resto de los conciertos de la gira sudamericana, "Conviction Notice" de su última placa GNV FLA (2008), fue la elegida para abrir el set. El ritmo y la melodía de ánimo festivo no tardó en entusiasmar a los fanáticos, quienes tanto habían esperado esta instancia, la que por poco no se lleva a cabo por los motivos antes mencionados.
Temas de culto como lo son "Happyman", "Automatic" o "Johnny Quest Thinks We're Sellouts" remontaban al impecable "Losing Streak" (1996), pieza imprescindible dentro de la discografía de los norteamericanos. El sonido compacto que lograba la banda, dado por la acertada inclusión del saxofón y el trombón, lograban una unión perfecta con los instrumentos de cuerdas, sin desafinar en ningún momento. Aquello daba cuenta de que no estábamos frente a un conjunto cualquiera y de que los 17 años que llevan de trayectoria se hacen evidentes en sus presentaciones.
Si bien dentro de su repertorio la banda cuenta con algunas canciones como "The Rest of My Life" o "The Ghosts of You and Me", que pueden sonar extremadamente melódicas e incluso rozando el estilo pop punk que cultivan las bandas de MTV, la agrupación se encargó de despejar las dudas ejecutando clásicos de la talla de "Look What Happened" "Nervous In The Alley" o "Scott Farcas Takes It On The Chin", temas que no dejaron a nadie indiferente.
Tras 80 minutos de función la banda se comenzó a despedir con la inconfundible "All My Best Friends Are Metalheads", canción que fue bailada y coreada al ritmo del ska. Así se dio término a una tarde cargada de nostalgia, que ni el cambio de local a última hora pudo opacar.
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